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¿Podrías vivir sin tu Yoga Mat?

Writer: Luana FaraLuana Fara

La verdad es que no necesitas un yoga mat para hacer una práctica de yoga, aunque tener un buen mat puede hacer una gran diferencia en tu estabilidad.


Los Yoga Mats son una invención de los últimos 50 años aproximadamente. Antes de eso, se practicaba en el suelo con los pies descalzos, o en una alfombra (de hecho en algunos Ashrams en India aún puedes encontrar los pisos alfombrados en los salones destinados a la práctica de yoga).



Antes de lo que conocemos como Yoga Mats se sabe que los yoguis usaban pieles de animales para sentarse a meditar e inclusive hay registros del uso de Kusa, un tipo de pasto que se usaba para sentarse en meditación, llamado asana (sí, asana como en “postura de yoga”, asana significa “sentarse” y también significa el “asiento” en el que nos sentamos).


Pero la historia de los Yoga Mats que conocemos en el mundo moderno se puede trazar a la época en la que B.K.S. Iyengar empezó a enseñar en Londres.


Fue una de sus estudiantes estudiantes, llamada Angela Farmer, quien inventó el primer Yoga Mat. Angela sufría de una condición especial para la que había recibido múltiples cirugías en su sistema nervioso. Entre muchos de los síntomas resultantes de las intervenciones sufría de inhabilidad para sudar. Esto le causaba que siempre se le resbalaran los pies durante la práctica.


Ángela luchaba por que no se resbalaran sus pies y nunca se atrevió a explicarle a su maestro Iyengar sobre su condición especial.


No fue hasta en su primera invitación para enseñar internacionalmente, en Munich, que Ángela descubrió una material especial en el sótano de una tienda por departamentos. Compró un pedazo del material y su práctica se transformó para siempre.


No fue exactamente Angela Farmer quien hizo un negocio de los Yoga Mats, sino su padre. Así, fue como surgió la primera marca de Yoga Mats: Molivos mats (en honor al lugar en el que Angela hacía sus retiros en verano, en Lesbos, a donde todavía enseña). A pesar del éxito de los Yoga Mats y cuanto el negocio se expandió, Angela nunca tomó el negocio pues siempre supo que su dharma estaba en la enseñanza.


Conocer esta historia, me hizo reafirmar algo que ya sabía y venía experimentando en mi propia vida: no necesitas ningún prop ni artículo especial (incluyendo vestimenta) para practicar yoga, incluyendo Asana.


Tengo ya varios años en los que gran parte de mis prácticas las hago en el suelo con los pies descalzos o sobre alguna alfombra de la casa, a veces inclusive en jeans y hasta en vestido. El reto de no tener 2 horas completas (o más) para dedicar a mi práctica como tenía antes de ser madre, ha venido con el regalo de aprender a entrar en presencia sin la necesidad de prepararme tanto, y eso implica a veces no desenrollar mi yoga mat, ni cambiarme de ropa para hacer mi práctica, sino, aprovechar, los 15 minutos completos que surgieron en un momento dado.


Poco a poco he venido recuperando un poco más mi rutina y mi práctica se vuelve a asentar, pero quiero preservar este conocimiento que ha pasado por mi cuerpo, de saber que el yoga no está en el mat, no está en los props que tenemos ni en el espacio que habilitamos para nuestra práctica. El Yoga está en la forma en la que vivimos nuestro dharma, y su práctica es la presencia.


Si quieres conocer más sobre la historia de Angela Farmer o más detalles sobre el origen de los Yoga Mats modernos, no puedes perderte estos dos artículos que son la base de este post:



Y no olvides compartir este artículo con tu familia yogui!

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