Las posturas de yoga se pueden categorizar bajo distintos principios y perspectivas. Por ejemplo, se pueden clasificar por su acción: posturas de flexión hacia adelante, posturas de torsión, posturas de apertura de cadera, etc. También podríamos clasificar a las posturas de acuerdo a la posición del cuerpo con respecto al espacio: posturas de pie, posturas sentadas, posturas supinas, posturas invertidas, etc.
Algunas clasificaciones podrían considerarse bajo ambas perspectivas, por ejemplo, las posturas invertidas son tanto una clasificación de acuerdo a la posición del cuerpo, así como respecto a su acción.
También una misma postura puede clasificarse bajo varias categorías. Por ejemplo, la postura de Parivrtta Ardha Chandrāsana es una postura de pie, una postura de torsión y una postura de balance sobre una pierna a la vez.
Las posturas también pueden clasificarse de acuerdo a los chakras que activan.
En este libro, he decidido recurrir a una clasificación menos común, pero sumamente nutritiva en cuanto a todo lo que una postura nos puede aportar: los 5 elementos.
En la filosofía del yoga, más específicamente en la filosofía del Sankhya (de donde proviene originalmente el concepto de los elementos) se habla de los PanchaMahaBhutas. Pancha significa “cinco”, Maha significa “grandioso(a)” y Bhutas significa “elementos o partes”. Se refiere a los 5 grandes elementos que constituyen a todo el Universo:
Tierra
Agua
Fuego
Aire
Éter
Según esta filosofía, toda la materia esta compuesta de estos elementos en diversas e infinitas proporciones, inclusive cada elemento contiene en sí mismo a todos los demás elementos. Pero cuando hablamos de tierra por ejemplo, no nos referimos a pequeñas partículas de tierra, sino a la información energética de la tierra, a las memorias y cualidades que carga e infunde en cada manifestación de la materia. Estamos compuestos del espíritu de cada uno de estos elementos, de los códigos luminosos de cada uno de ellos.
No sólo en las filosofías ortodoxas védicas se conocen los elementos como constitución de la materia. En distintas tradiciones ancestrales de diversos lugares del mundo, inclusive en Alquimia, se habla de los elementos, como parte de lo que somos, y aún más allá de ello, se honran estos elementos tanto en la naturaleza externa como en la interna. Se reconoce cada uno de estos elementos como sagrados, como espíritus de la naturaleza. Y sabiéndose el ser humano como una manifestación, extensión o reflejo de la madre naturaleza, entonces se sabe que nuestra materia está también compuesta de estos elementos y al honrarlos en los ríos, las montañas, los árboles, los astros… estamos también honrándolos en nosotras(os).
Con este entendimiento, entonces, podemos continuar adentrándonos en la comprensión de esta categorización y de la metodología que utilizo para exponer cada postura. La práctica de cada postura se convierte en un puente para conectarnos con el espíritu que el elemento de la postura nos ofrece.
Así, por medio de diversas acciones musculares, imágenes y mapas geométricos de cada postura, encontramos el espacio en el que el elemento de cada asana puede fluir. Por ende, la postura se convierte en una medicina que informa a nuestro cuerpo con el néctar de la tierra, del agua, el fuego, el aire y el éter.
Este trabajo integral nos permite no sólo corregir tendencias y hábitos posturales no saludables, sino que por medio de un espacio auténtico y armónico con la bioindividualidad, podemos nutrirnos con la energía e información que los elementos ofrecen por su propia naturaleza en nuestro cuerpo, mente y emociones.
La información que he utilizado para clasificar cada postura en un elemento u otro, está basada en el estudio en sí de los elementos, tanto a nivel teórico, como a nivel práctico, bajo la experiencia de mi propio cuerpo y de los estudiantes que han nutrido mi camino y aprendizaje.
Todas las posturas tienen todos los elementos, y en muchos casos, más de una predominancia. Sin embargo, para efectos de estudio, he escogido el elemento que considero más relevante en cada postura de acuerdo a lo tangible de sus efectos.
La clasificación que transitaremos en la siguiente sección de este libro será la siguiente:
Tierra:
Posturas de Pie
Posturas de Balance sobre una pierna
Otras posturas: 1 Postura sentada: Dandasana
Agua:
Flexiones hacia adelante
Aperturas de cadera
Fuego:
Posturas de Torsión
Posturas de fuerza central
Otras posturas: algunos balances de brazos en los que la fuerza central es tan primaria como el balance sobre los brazos.
Aire:
Arcos de espalda
Balances de brazos
Éter:
Posturas invertidas
Posturas de meditación
Prepárate para experimentar una nueva dimensión de la práctica.
~ Extracto del libro aún en proceso de publicación: "Del Cuerpo al Alma, el néctar multidimensional del Yoga Postural"
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