En mi práctica e investigación personal, he llegado a percibir el asana como una postura de yoga cómoda, en la cual se puede encontrar el balance entre activación sin rigidez y relajación sin desconexión. Esto permite entrar en un estado meditativo en el asana, estimular nuestro sistema nervioso parasimpático y permanecer en comunión con la respiración.
Al principio de mi camino en el yoga, me enseñaron que el asana es una postura de yoga alineada; sinembargo, este entendimiento me resultó insuficiente. En algún momento escuché y memoricé el yoga sutra “sthiram sukham asanam”, sentí una mayor resonancia con el estado del asana, al practicar con esa consciencia y balance que trae el sutra. Este entendimiento de buscar la comodidad en cada asana me ha guiado en la auto exploración, tanto física como mental, a respirar de forma más óptima y a la consciencia del movimiento tanto en la práctica como fuera del mat.
Considero poderoso explorarse de una forma genuina, respetando los tiempos y las capacidades únicas y cambiantes del cuerpo, es en esa comunión conmigo mismo, cuando encuentro paz en la práctica y los regalos se vuelven profundos y evidentes.
El propósito del asana en mi vida
El asana me ayuda a traer conciencia, durante mi práctica de yoga, en actividades cotidianas como caminar, sentarme y hacer quehaceres en casa.
Desde que comencé mi práctica de yoga, mi primera maestra nos habló sobre la importancia de tomar conciencia de nuestra postura durante el día y no solo cuando estábamos en el mat. Recuerdo que ella mencionó cómo a veces solemos fruncir el ceño, tal vez como una forma de tener una fuerte determinación. Sin embargo, nos hablaba como este tipo de acciones físicas denotan estar muy inmersos en los pensamientos, que en muchos casos pueden venir condicionadas por situaciones estresantes y, por lo tanto, llevarnos al desbalance y en casos mayores a la enfermedad. Cuando comencé a practicar la consciencia sobre mi ceño, me di cuenta de que realmente en ocasiones lo fruncía. En esos momentos, acostumbré a mi cuerpo a tener actitudes más relajantes en mis facciones y en mi cuerpo en general. Años después, este mismo entrenamiento de consciencia lo llevé a mi mente, siendo consciente de pensamientos repetitivos que no me dejaban avanzar en situaciones presentes.
A lo largo del tiempo...
La definición del asana ha cambiado en su aplicación a lo largo de los años. Utilizada en un principio como una asana para sentarse a meditar, existe un gran contraste en la actualidad, al punto de ver al asana como la práctica de yoga postural.
Dentro de la evolución y explicación que los maestros le han dado al asana, me parece muy importante rescatar la acción e importancia de mantener la columna vertebral erguida y flexible, ya que este principio es aplicable a la variedad de posturas de yoga y es esencial para nuestra salud, al ser la columna nuestro pilar que da soporte estructural a nuestro cuerpo.
Considero muy importante el estudio de los orígenes de las asanas e incluso de las palabras, para entender su significado y esencia, además de honrar las raíces y tradiciones. Una vez que tenemos este conocimiento integral, se pueden hacer modificaciones en su aplicación, para hacerlas más adecuada para la sociedad actual.
La diferencia entre mi entendimiento del asana y lo que se pensaba de esta en la antigüedad, reside principalmente en que no se trata solamente en alargar la columna vertebral en una postura sentada como siddhasana, sino en el trabajo de consciencia constante que trae al cuerpo y a la mente.
Cada vez que tomo consciencia de mi cuerpo en cualquier situación, como si estuviera practicando un asana, inmediatamente mi cuerpo y mente buscan entrar en una posición y un estado de armonía donde mi sangre y energía se mueve libremente por todo mi cuerpo, de ahí, puedo experimentar y percibir en paz cada momento en que me permito entrar en ese estado.
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